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Paripedad

Llegan las navidades. Tiempo de turrones, de comidas y reuniones. Tiempo de alegría y gozo, y de reconciliación y perdón. Tiempo de estar con la familia, de estar con aquellos que te importan, y de pasar juntos el frío. De, como dice la canción de Mecano: "a los que no están echaremos de menos, hay que preparar las uvas para unos nuevos". O al menos, eso dicen.

En estas fechas, es cuando vemos de nuevo a ese primo lejano, a ese hermano que vive fuera, conocemos a ese tío que ni sabías que existía. La navidad trae a todos, y la familia se reúne para celebrarlo en amor y armonía. En amor y armonía... no se lo creen ni ellos.

En esta vida, yo pienso que hay tres cosas que no puedes elegir: la familia que tienes, los vecinos que te tocan, y los compañeros (de trabajo o de clase) con los que has sido agraciado. Pero la familia es la familia, la familia está siempre ahí, dispuesta a ayudarse y a quererse. En la familia nos apoyamos unos a otros cuando tenemos problemas. O al menos, eso dicen.

Imaginemos que llega ese tío al que acabas de conocer, que no sabías no que existía. Resulta que está muy mal a nivel económico, y necesita un poquito más de dinero para llegar a fin de mes. Os pide si podéis echarle vosotros ese cable. ¿En serio le tendríamos nosotros, sobrinos que acabamos de conocerlo, colaborar? Si sé que es mi tío porque mis padres me lo han dicho. Hasta donde yo sé, no se ha preocupado de mí ni en que conozca su existencia. Es un desconocido en mi casa.

Ahora me diréis: "Ese es un tío lejano. Se refiere a los padres, a los hermanos, a los abuelos, a los tíos cercanos... A esas personas cercanas a ti, que viven contigo el día a día, y se preocupan por ti" Bueno, bueno, vale, la cosa cambia. Esas personas que están cerca de ti, que convives con ellas, lo cambian todo. A esos sí hay que apoyarlos, y querernos entre nosotros, y todo eso. O al menos, eso dicen.

Esto es una familia. En las familias, hay disputas. Vale, muchas son pequeñas, y las terminamos resolviendo y perdonando, y ya está. Pero, ¿qué pasa con esas que no? ¿Qué pasa con esos hermanos que eran medio gilipollas, y ahora ya lo son del todo? ¿A esos también, apoyo y amor? Por favor, si no le soporto, ¿cómo me voy a sentar a comer con ellos? Oh, vale, es navidad, tiempo de amor y reconciliación. Haremos las paces. JA!

Perdonad que me ría, pero eso de perdonar o "pactar una tregua" por navidad me parece una mentira. Es cómo la pareja que sólo se acuerda de tener un detalle contigo en San Valentín, el único día que prepara algo que te haga ilusión. No vas a olvidar todo lo que ha pasado solo para que comáis en paz. No, harás de tripas corazón, te aguantas y comes, solo por no dar la comida al resto de tu familia. Normalmente. Esta es la verdadera Navidad, la época de los paripés en la mesa, de todos nos llevamos bien y nos queremos un montón, aunque no conozca de nada a ese tío, no quiera ni ver a mi hermano y no aguante a ese otro primo.

Por favor, que al único al que visitaron los fantasmas de las navidades pasadas, presentes y futuras fue al señor Skrubs. Que el espíritu navideño es el que mostramos simplemente sentándonos a la mesa. Que esto es Paripedad, señores. Vale, sí, esto no es la situación en todas las casas. Y vale, sí, habrá gente que hará el esfuerzo de perdonar por las fiestas. Pero señores, ¿cuánta gente hay así? ¿Cuántos están dispuestos a REALMENTE perdonar todo lo que le han hecho sus familiares, y hacer borrón y cuenta nueva? Poca. Muy poquita. Asumirlo, la Paripedad es una realidad. Así que, solo me queda deciros una cosa.

¡Feliz Paripedad y próspero Año Nuevo!

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