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Pequeñas odiseas



Bueno, pues ya estamos a viernes. Fin de semana, ¡allá vamos! Además, que no va a ser un fin de semana normalito, porque en unas horas acabo mis exámenes del tercer cuatrimestre de la Universidad!! YUJU!!



(Creo que es la primera vez que escucho completa esta canción)

Aunque no se puede decir que haya sido fácil, precisamente. Todos los que hayan hecho una carrera sabrán lo estresante que pueden ser los exámenes de la universidad. Aquellos que me conozcan se meterán conmigo porque dirán que para mí es más fácil (no todo son cosas buenas cuando eres buen estudiante). Pero aún así, no es fácil. Son mis pequeñas odiseas, luchando contra los apuntes mal redactados, ejercicios mal corregidos y la incertidumbre de si eres tú el que se equivoca, o el profesor el que ha hecho mal el ejercicio.

Sin embargo, sería injusto por mi parte quejarse de los estudios, debido a que, las cosas como son, soy buen estudiante. Saco buenas notas, para que os voy a mentir, y considero que tengo mucha suerte en términos de profesores, apuntes y demás. Así que dejaré las quejas para la gente que realmente puede quejarse, que esos son los que realmente nos hacen ver las deficiencias del sistema.

En otro orden de cosas, sigo mi pequeña odisea también en contra de battle.net. Aunque el servicio técnico fue muy eficiente y formal, su respuesta de ayer me condujo a una tarde llena de actualizaciones de todos los programas del ordenador, comprobación de no sé cuantas cosas, para que, al finalmente, el programa siga sin ir. He decidido desinstalarlo completamente del ordenador, y ya veré qué hago. De momento, el ordenador de mi hermano pequeño parece un buen objetivo para instalar el juego. Pero con la suerte que tengo, veo que en el ordenador de mi hermano tampoco vaya a querer funcionar. Otro problema para el servicio técnico, que le vamos a hacer.

Curioso como la vida funciona, la verdad. Está compuesta de pequeñas odiseas que se intercalan entre los momentos de relax y risas. Como en una buena película, los momentos de tensión e importancia se turnan con los momentos más descansados, permitiendo al espectador reponerse y asimilar todo lo que acaba de pasar. Hay grandes odiseas, pequeñitas, de todos los tamaños, colores y gustos. Pero son en estas odiseas en las que nos afirmamos como lo que somos, y son estas odiseas las que nos enseñan a vivir. Estas odiseas nos hacen ver como de fuertes de somos, donde están nuestros límites, y cómo solventamos los problemas. Las experiencias de la vida, al igual que los momentos que impactan en las películas, no pasan en esos momentos de relax y risas. Cuando luchamos, aprendemos; cuando nos equivocamos (y reconocemos la equivocación), nos hacemos más sabios; y cuando caemos, hacemos una de las cosas más maravillosas del hombre: seguir hacia delante.

Hay veces que caemos muy hondo, tanto que no sabemos como seguir. Esas ocasiones, en las que más tenemos que luchar, son en las que más puedes aprender y descubrir. Esos momentos, en los que necesitas de una mano que te pueda guiar de nuevo a tu camino, son los momentos que se graban a fuego en tu cabeza, que te cambian por dentro, y te hacen ver distinto lo que hay fuera. Y ese apoyo que dan, esa mano tendida para seguir adelante, sabes que es algo que no olvidarás jamás.

Uy, que filosófico me he puesto en un momento. Bueno, de nuevo, me voy a comer, que el examen comienza en un par de horas, y no es plan de ir con ganas de echarse la siesta en medio del "controlillo", como decía uno de mis profesores. ¡Hasta luego!

PD: Desde aquí, el nieto de Juanín le quiere dar el pésame a la familia de Litri, conocido como El Chache en Códoba. Descanse en Paz

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